La joya Única
Cruzando el desierto, un viajero inglés vio a un árabe muy pensativo, sentado al pie de una palmera. A poca distancia reposaban sus camellos, pesadamente cargados, por lo que el viajero comprendió que se trataba de un mercader de objetos de valor, que iba a vender sus joyas, perfumes y tapices, a alguna ciudad vecina. Como hacía mucho tiempo que no conversaba con alguien, se aproximó al pensativo mercader diciéndole: "Buen amigo, ¡salud! parecéis muy preocupado. ¿Puedo ayudaros en algo?" "¡Ay!", respondió el árabe con tristeza, "estoy muy afligido porque acabo de perder la más preciosa de las joyas". "¡Bah!", respondió el inglés, "la pérdida de una joya no debe ser gran cosa para vos que lleváis tesoros sobre vuestros camellos, y os será fácil reponerla". "¡¿Reponerla?!… ¡¿Reponerla?!", exclamó el árabe. "Bien se que no conocéis el valor de...