Monólogo campesino
El sol me pertenece, el aire es mío, no me tasan el agua porque abunda en claras fuentes y en el ancho río; ¿y no es mía la tierra que fecunda mi labor incesante y fatigosa? ¡Me arrebatan las mieses que he segado, y se las lleva gente perezosa que vive sin dolor y sin cuidado! ¡Tras de quitarme el pan que se me debe, arrancarme los hijos que me ayudan! ¡Y nos llaman soez, inmunda plebe, y si estamos vestidos, nos desnudan! Para vivir nos falta un elemento detentado por leyes inhumanas: con la tierra nos roban el sustento... ¡y respondemos con protestas vanas! Pero la plebe ha de cansarse un día de prorrumpir en quejas inocentes ¡Para acabar con tanta villanía no basta con las uñas y los dientes! Nicolás Estévanez y Murphy maimenes