El Perdón

Quien no es capaz de perdonar, mantiene viva y fresca sus heridas. Olvidar el agravio hace bien a tu alma, pues al hacerlo se borran automáticamente los daños. Es como si borraras una frase hiriente en la página de tu alma y la dejaras limpia para escribir una frase de amor. Si eres incapaz de perdonar a los demás serás incapaz de perdonarte a ti mismo, cuando cometas un error. Recuerda que errar es de humanos como dijeron los griegos. Herir también es de humanos. Perdonar a los demás es perdonar que sean de carne y hueso y por ende imperfectos.


Perdona a la vida por sus golpes, heridas y tempestades. Como perdonan al tempestuoso mar los navegantes. Di a los cuatro vientos: Te perdono mar tus tempestades a cambio de tus mareas floridas. Te perdono vida las espinas a cambio del perfume de tus flores.

La magia de perdonar consiste en demostrar a otros que no te han herido de muerte, que tu alma está por encima de agravios y ataques mundanos. Que nada puede perturbar la fuente apacible de tu ser y que ningún agravio es capaz de borrar tu sonrisa y tu dicha existencial.

Cuando encuentres a quien te ofendió, actúa como si no recordaras nada y empieza de nuevo. Expresar perdón y caridad a los demás ilumina la magia de tu existencia. Limpia tu vaso de amargura y vierte en él la miel de la vida.

Paulo Coelho.

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