Da el pan del entusiasmo y verás que el otro por siempre te agradecerá. Si una persona da pan a otra,


en poco tiempo esto ya dejará existir y poco quedará en la memoria.

Sin embargo, al dar entusiasmo al otro, permite que ella misma conquiste su propio pan.

Pues la bondad más elevada es la de posibilitar y educar a los demás a obtener sus propios recursos.

Se puede notar una persona bondadosa no por lo largo que es la fila de personas que le piden algo,

sino por el número de personas que ya no vuelven a pedir. Muchas veces, empiezan a dar a los demás.

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