Luz Interior

En tu corazón arde una llama.

Tu cuerpo es sólo la luz en torno a la llama.



Tu ser más profundo es de la naturaleza de la luz. La consciencia es luz, la consciencia es la única luz. Tu existencia es inconsciente: haces cosas sin saber por qué, deseas cosas sin saber por qué, preguntas cosas sin saber por qué, vas a la deriva en un sueño inconsciente.



Todos somos sonámbulos. El sonambulismo, el andar y vivir dormidos, es la única enfermedad espiritual. Sé más consciente.



Comienza a ser más consciente de los objetos. Mira las cosas con más atención.



Mira a una flor como si toda tu existencia dependiera de esta mirada. Préstale toda tu consciencia y, súbitamente, la flor se transfigura: es más radiante, más luminosa. Tiene algo de la gloria de lo eterno, como si lo eterno hubiera llegado a lo temporal en forma de flor.



Mira con atención la cara de tu marido, de tu esposa, de tu amigo, de tu amado, medita en ello y de pronto ves no sólo el cuerpo, sino lo que está más allá de él, lo que emerge del cuerpo. Hay como un aura de lo espiritual alrededor del cuerpo. La cara del amado ya no es más el rostro de tu amado; la cara del amado se convierte en el rostro de lo divino. Mira a tu hijo en estado de alerta total, plenamente consciente; obsérvalo mientras juega y, de pronto, el objeto de tu mirada se transfigura.



Si pasas junto a un árbol, obsérvale en una actitud de alerta. Detente un momento, mira al árbol; frótate los ojos, mira al árbol de nuevo pero más despierto.



Centra tu consciencia, mira al árbol y observaras la diferencia. De pronto, cuando estás alerta, el árbol es distinto: más verde, más vivo, más hermoso.



El árbol es el mismo eres tu quien ha cambiado.



Osho

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