El segundo de vida
Siempre nos pasamos preguntando ¿qué es la vida? El acto de respirar nos hace estar vivos, pero no quiere decir que estamos disfrutando de esta vida transformándola (viviendo), que para eso nos puso Dios.
El joven de este ya nuevo milenio, tiene que tratar de entender y comprender que la vida es ese regalo (tiempo) que Dios nos da para que podamos transformar, si transformar con ella todo el ambiente que nos rodea, tratando de recrear esa misma vida que Dios nos ha donado.
Pero cuanto tiempo es la vida, sesenta años o más, 30 años, tal vez 20 años ó 14-15-16-17... etc., años como los que Dios te ha permitido disfrutar hasta el día de hoy. No, la vida es un segundo, sí es ese segundo no más; el que viene es un segundo de vida nuevo irrepetible y así sucesivamente; un segundo que debemos vivir a tope.
Einstein enseñó en su tiempo al mundo que abriendo la partícula más pequeña conocida hasta entonces (átomo) se crea una energía la cual es para el bien del ser humano (energía atómica); pero el ser humano transforma esa energía en muerte, destrucción, aniquilación, etc., del mismo ser humano. Una energía creada de la partícula más pequeña para transformar al mundo, se usó para crear terror , destruir a la creación.
El ejemplo antes citado es práctico para poder trabajar el segundo de vida, siendo el segundo la parte más pequeña que Dios nos permite vivir. Si como jóvenes logramos transformar nuestro segundo de vida en amor y servicio al necesitado, al hambriento, al triste, al rechazado, al desolado, al enfermo, etc., estamos viviendo y al abrir ese segundo de vida viviéndolo a plenitud, cumpliremos la promesa del Padre.
Ese segundo esta hoy en este preciso momento en tus manos; la capacidad de amar, sonreír, enfrentar los retos, las enfermedades, los problemas, las tristezas, etc., esta hoy en tus manos, explota ese segundo de vida en amor a los demás, a Dios, a la creación y a ti misma(o) sin ser narcisista y lograrás ser un creador de vida, un profeta para nuestros tiempos.
Pero... cuantos y cuantas hay que en ese segundo (este mismo) en lugar de abrirse al bien común se encierran egoístamente y pasó lo del átomo, creamos una cadena de destrucción de vida, empezando por la nuestra y recayendo en la de los otros, porque lo no bueno que yo haga en este preciso segundo repercute en el otro al que conocemos como prójimo.
Por un segundo mal planeado, pensado y vivido conozco a muchas y muchos jóvenes con SIDA, muchachas embarazadas que perdieron sus sueños de juventud; por esos segundos mal vividos conozco jóvenes perdidos en las drogas, en la sexualidad desenfrenada, en el alcoholismo; y lo que más me duele y preocupa, jóvenes que usan esos segundos en una mala vivencia y práctica religiosa, pensando que engañan a Dios sin saber que se están engañado y traicionando así mismos.
Este segundo mal vivido crea una hecatombe y en lugar de transformar nuestros alrededores, lo destruimos y lo más dolorosos es que muchos sufren a causa de nuestro egoísmo al no poder vivir a plenitud ese segundo, tal vez este mismo.
Jóvenes, Dios nos da una vida para vivirla, no para que estemos muertos en vida; no pensemos como muchos otros “me acercaré a Dios cuando haya vivido y disfrutado más”, la vida, tenemos que recordar siempre es un segundo, esta vida es como los ríos y el mar, que se hacen día a día grandes, gota a gota.
Tú eres la única y el único que pueden transformar un segundo de tiempo en una gracia de vida para todos.
Si has conocido sobre la vida de Jesús, puedes ver como vivió a plenitud cada segundo de su vida, transformando y creando vida a su alrededor, especialmente en los más pobres y necesitados; porque este segundo de vida no es para ti, es para los demás; porque este segundo de vida es donado por Dios para que transformes esta realidad.
Un segundo de vida mal trabajado destruye todo a tu alrededor, a la creación, al prójimo, a Dios y especialmente a TI... Ayuda a muchos y muchas a entender que un segundo de vida bien trabajado es símbolo de resurrección en estos días que son nuestros días; muchos lo necesitan eso lo puedes observar a tu alrededor.
Nunca dejes que la vida disfrute de ti, por lo contrario disfruta tú de cada segundo de vida que el creador te dona.
Oscar Murillo Guzmán
El joven de este ya nuevo milenio, tiene que tratar de entender y comprender que la vida es ese regalo (tiempo) que Dios nos da para que podamos transformar, si transformar con ella todo el ambiente que nos rodea, tratando de recrear esa misma vida que Dios nos ha donado.
Pero cuanto tiempo es la vida, sesenta años o más, 30 años, tal vez 20 años ó 14-15-16-17... etc., años como los que Dios te ha permitido disfrutar hasta el día de hoy. No, la vida es un segundo, sí es ese segundo no más; el que viene es un segundo de vida nuevo irrepetible y así sucesivamente; un segundo que debemos vivir a tope.
Einstein enseñó en su tiempo al mundo que abriendo la partícula más pequeña conocida hasta entonces (átomo) se crea una energía la cual es para el bien del ser humano (energía atómica); pero el ser humano transforma esa energía en muerte, destrucción, aniquilación, etc., del mismo ser humano. Una energía creada de la partícula más pequeña para transformar al mundo, se usó para crear terror , destruir a la creación.
El ejemplo antes citado es práctico para poder trabajar el segundo de vida, siendo el segundo la parte más pequeña que Dios nos permite vivir. Si como jóvenes logramos transformar nuestro segundo de vida en amor y servicio al necesitado, al hambriento, al triste, al rechazado, al desolado, al enfermo, etc., estamos viviendo y al abrir ese segundo de vida viviéndolo a plenitud, cumpliremos la promesa del Padre.
Ese segundo esta hoy en este preciso momento en tus manos; la capacidad de amar, sonreír, enfrentar los retos, las enfermedades, los problemas, las tristezas, etc., esta hoy en tus manos, explota ese segundo de vida en amor a los demás, a Dios, a la creación y a ti misma(o) sin ser narcisista y lograrás ser un creador de vida, un profeta para nuestros tiempos.
Pero... cuantos y cuantas hay que en ese segundo (este mismo) en lugar de abrirse al bien común se encierran egoístamente y pasó lo del átomo, creamos una cadena de destrucción de vida, empezando por la nuestra y recayendo en la de los otros, porque lo no bueno que yo haga en este preciso segundo repercute en el otro al que conocemos como prójimo.
Por un segundo mal planeado, pensado y vivido conozco a muchas y muchos jóvenes con SIDA, muchachas embarazadas que perdieron sus sueños de juventud; por esos segundos mal vividos conozco jóvenes perdidos en las drogas, en la sexualidad desenfrenada, en el alcoholismo; y lo que más me duele y preocupa, jóvenes que usan esos segundos en una mala vivencia y práctica religiosa, pensando que engañan a Dios sin saber que se están engañado y traicionando así mismos.
Este segundo mal vivido crea una hecatombe y en lugar de transformar nuestros alrededores, lo destruimos y lo más dolorosos es que muchos sufren a causa de nuestro egoísmo al no poder vivir a plenitud ese segundo, tal vez este mismo.
Jóvenes, Dios nos da una vida para vivirla, no para que estemos muertos en vida; no pensemos como muchos otros “me acercaré a Dios cuando haya vivido y disfrutado más”, la vida, tenemos que recordar siempre es un segundo, esta vida es como los ríos y el mar, que se hacen día a día grandes, gota a gota.
Tú eres la única y el único que pueden transformar un segundo de tiempo en una gracia de vida para todos.
Si has conocido sobre la vida de Jesús, puedes ver como vivió a plenitud cada segundo de su vida, transformando y creando vida a su alrededor, especialmente en los más pobres y necesitados; porque este segundo de vida no es para ti, es para los demás; porque este segundo de vida es donado por Dios para que transformes esta realidad.
Un segundo de vida mal trabajado destruye todo a tu alrededor, a la creación, al prójimo, a Dios y especialmente a TI... Ayuda a muchos y muchas a entender que un segundo de vida bien trabajado es símbolo de resurrección en estos días que son nuestros días; muchos lo necesitan eso lo puedes observar a tu alrededor.
Nunca dejes que la vida disfrute de ti, por lo contrario disfruta tú de cada segundo de vida que el creador te dona.
Oscar Murillo Guzmán
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