Nuestra historia


Esta puede ser la historia de muchos de nosotros cuando todas las cosas nos salen mal y nos sucede lo que menos pensamos.

Era un día viernes por la mañana. Carolina se dirigía a su trabajo, estaba cruzando la calle, iba muy distraída y no se dio cuenta de que venia un auto a una velocidad increíble, iba directo a impactar con ella. De pronto sucede lo inesperado, Carolina siente como si alguien la agarra por la espalda y la detiene, en el mismo momento que el auto pasa a dos centímetro de ella, Carolina mira hacia atrás para ver quien fue el que le salvo la vida, pero no vio a nadie, que raro dice ella, juraría que alguien me agarro y me detuvo para que no me atropellara el auto. Carolina siguió caminando pasando junto a un edificio de 30 pisos. Nuevamente siente que alguien la toma por la espalda y la jala para atrás, justo en el instante que caía una piedra de 10 kilos , arrojada desde la terraza del edificio, Asustada mira el inmenso hoyo que dejó la piedra al caer y dice:-¡ de la que me salve!. Observa nuevamente buscando quien fue la persona que la agarro por la espalda, la detuvo y la salvo, pero nuevamente no encontró a nadie.

Siguió caminando y como estaba pasando por el banco se disponía a entrar para pagar un crédito pendiente, nuevamente siente que una mano la sujeta y la detiene justo en el momento en que salían del banco uno hombres enmascarados y armados que estaban asaltando el banco. Carolina luego que los ladrones se fueron, dijo nuevamente: - ¡de la que me salve! mira buscando a su ocasional rescatador y no ve a nadie, impaciente por que ya eran tres veces que la salvaba su ocasional guardián, desesperada dice,- necesito saber quien es el que me ha salvado, quien quiera que sea por favor dígame quien es él que me ha salvado. Y una voz le responde: Carolina, soy tu ángel de la guarda, soy el que te protege todo el tiempo. Ella sorprendida dice ¡Aja! Con que eres tu, y en vez de darle las gracias empieza a reclamarle y le dice como insultándolo: Descarado, Insolente, traicionero, DONDE ESTABAS TU CUANDO ME ESTABA CASANDO, donde te metiste ese día que no impediste mi matrimonio, por que no me salvaste ese día. ¡Traidor! ¿Donde estabas cuando tuve el primer problema sentimental? ¿Donde estabas cuando perdi el empleo?...

Qué parecido a nuestra vida no lo cree, similar a lo que decimos nosotros cuando todo nos sale mal, cuando las cosas no resultan. El negocio que tenemos fracasa, nos echan del trabajo. Nuestros padres nos dan la espalda por que le llegamos con la noticia de que van a ser abuelos, y aún no tenemos la edad o no nos hemos casado. La esposa o el esposo se va de la casa por que se enteró de nuestra infidelidad, en fin todo se nos pone cuesta arriba y difícil, ahí nos preguntamos y cuestionamos a DIOS, diciéndole:-¿ Dónde estabas, que no ves lo que me ha pasado, acaso eres ciego Señor?, No ves lo que me esta pasando, no tienes oídos, no escuchas todo lo que me hacen, DIOS mío ¿dónde estabas, cuando me estaba casando, dónde estabas cuando me divorcie, dónde estabas cuando me traicionaron, dónde estabas cuando me insultaron, dónde estabas cuando me enferme? y las preguntas y los dónde estaba DIOS, nunca terminan.

Que tal si DIOS hablara y nos respondiera:- ¡estaba esperando que me pidieras ayuda antes de que tomaras esa decisión tan importante en tu vida!, estaba esperando que me consultaras, que preguntaras si yo estaba de acuerdo que tu emprendieras ese camino que al final te llevo a la separación y al fracaso. Estaba, esperando que pidieras ayuda antes de tomar todas las decisiones importantes de tu vida… y ¡no me tomaste en cuenta!

Cuántos dolores de cabeza, cuántos sufrimientos, pesares y sinsabores en la vida nos evitáramos, si sólo por un instante nos detuviéramos y doblando las rodillas le pidiésemos a DIOS un consejo. Si humildemente reconociendo nuestra fragilidad humana, tomáramos a DIOS en cuenta en todo lo que digamos o hagamos.
Aђidajo Daza

Comentarios

Entradas populares de este blog

Bailando bajo la lluvia.Cuento sobre la actitud resiliente

Monólogo campesino

Una vez más, a golpe de vida