Permanecer abiertos al amor


Una rosa soñaba día y noche con la compañía de las abejas, pero ninguna acudía a posarse en sus pétalos. Sin embargo, la flor seguía soñando: durante sus largas noches, imaginaba un cielo en el que volaban muchas abejas, que acudían , cariñosas, a besarla. De ese modo, conseguía resistir hasta el próximo día, cuando volvía a abrirse con la luz del so. Una noche, al enterarse de la soledad de la rosa, la luna preguntó:

-¿No estás cansada de esperar?
-Tal vez, pero necesito seguir luchando.
-¿Por qué ¿
-Porque , si no me abro , me muero.

En los momentos en que la soledad parece menoscabar toda la belleza, la única forma de resistir es seguir abierto.

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