Amor con mayúscula…


He llegado al convencimiento de que todos, a nuestra manera y a nuestra forma, estamos buscando lo mismo: Amor.
Amor de hombre a mujer, amor espiritual, amor de pareja, amor físico… en definitiva amor; llámese como se llame.

Todos sentimos el vacío y la necesidad de llenarlo, de darle un sentido y una razón. Sin amor no somos nadie pues nuestra alma y nuestro corazón necesitan de su alimento, de su sustento para tener un sentido en este mundo y un porqué para existir.

Seamos de la raza que seamos, de la condición o clase social, casta, cultura, etnia, país, edad, sexo…todos en el fondo estamos hambrientos de amor.

En nuestra búsqueda, vamos seleccionando, buscando a esa persona en especial; esa persona que nos atienda, nos de calor humano y físico, nos haga sentir bien con su sola presencia, sepa conocernos con solo mirarnos, sepa que tenemos un corazón que late, vive, ama y siente; nos acepte y comprenda tal y como somos, con nuestros defectos y virtudes .Porque no somos nadie sin amor.

En nuestra búsqueda erramos, nos equivocamos muchas veces, buscando esa afinidad común con esa persona. Hemos de conocer muchas, varias, tantas personas hasta dar con esa en especial…esa que nos acompañe en la alegría, en la tristeza; esa persona de la que digamos: ella / el es…Somos humanos y animales de rebaño que no pueden estar sin la compañía y la presencia de otro ser, nuestra media naranja, nuestro otro yo, que nos hace sentir vivos, necesarios, amados en una palabra.
No siempre acertamos en la búsqueda, no siempre se elige a la persona correcta porque en nuestra búsqueda queremos encontrar un fiel reflejo de nuestro corazón sin entender que cada ser humano es único e irrepetible.

El sentimiento del amor nace, libre, gratuitamente, sin ser forzado, inesperadamente, incomprensiblemente sin esperarlo y sin quererlo gran parte de las veces.
¿Cuál será el motivo por el cual, de buenas a primeras, una persona pasa de ser un/a desconocido/a a ser el aire que respiramos?, ¿qué esencia o embrujo tiene que trastoca nuestra alma y nuestra mente, acelerando el corazón hasta la locura…? , ¿Qué tiene el amor que nuestra vida trastorna, perdiendo nuestra voluntad?

Cualquier búsqueda, en cualquiera de sus formas, tiene el mismo origen y destino.
Encontrarla/o es cuestión de suerte o destino porque todo está escrito.
Y cuando lo hayas encontrado, mímalo/a, cuídalo/a, quiérelo/a, no olvides de regar, alimentar ese amor con la sabia sabiduría del buen jardinero que ve crecer, día a día, su plantación a pesar de los inconvenientes de la naturaleza.

Samira Jamal

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