En el campo de fresas…
Un día en el campo de fresas… “Todo comienza en la inmensidad de la selva, un día en la selva una pequeña ranita caminaba con su viejo violín, ella se acercó a una gran piedra al borde del río y decidió sentarse tomar su violín y comenzar a interpretar una bella melodía, un grupo de leones descansaba cerca del lugar al escuchar tan bella melodía quedaron perplejos y dejaron que esa música arrullara el atardecer al pasar del tiempo llegó un viejo león sordo y sin pensarlo se comió a la ranita con el violín y sus notas...”.
Muchas veces escuchamos el sonido del amor, muchas veces somos sordos a sus notas, otras veces solo escuchamos opacas vibraciones de su cantar, otras veces somos incrédulos a lo que escuchamos por miedo a enamorarnos y lo peor es muchas veces solemos actuar como el viejo león, alguien me dijo que el amor era como un campo de fresas que siempre encontrarías fresas rojas y dulces, otras verdes e insípidas pero que siempre te dejarías seducir de ellas, es fácil vivir con los ojos cerrados, es fácil cerrar nuestro oídos al campo de fresas, dejar de sentir el aroma de un campo de fresas, podrás recordar la melodía en un campo de fresas, ahora dime tu en que se parece el amor a un gran campo de fresas?…
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