El Príncipe de Egipto
En el antiguo Egipto, Yocheved (Ofra Haza), una esclava hebrea, observa cómo a otras mujeres de su pueblo les son arrebatados sus bebés por orden del Faraón Seti I (Patrick Stewart). Yocheved pone entonces a su propio hijo en una cesta y lo deja flotando en el Nilo para salvarlo de su destino. Su hija, Miriam, sigue la cesta y mira a la Reina Tuya (Helen Mirren) recoger a su hermano, al que llama Moisés.
Décadas más tarde, Los padres de Moisés (Val Kilmer) y su hermano de leche, Ramsés (Ralph Fiennes) los regañan después de que destruyeran un templo. El Faraón riñe más duramente a Ramsés, explicando después en privado a Moisés que lo hace porque Ramsés tiene una responsabilidad más grande que afrontar como su sucesor. Más tarde, Ramsés es nombrado Príncipe Regente y se le da autoridad sobre todos los templos de Egipto. Como agradecimiento, Ramsés nombra a Moisés Arquitecto Real. Como atributo a Ramsés, los sumos sacerdotes Hotep (Steve Martin) y Huy (Martin Short) le ofrecen a Séfora (Michelle Pfeiffer), una chica madianita que secuestraron para que fuera su concubina, junto con su camello. Ramsés rechaza la oferta y da a Moisés la chica, que insulta a ambos. En respuesta a esto, Moisés la lanza a una fuente. Ella finalmente escapa con la ayuda del príncipe, y mientras la sigue, Moisés se reúne con Miriam (Sandra Bullock) y Aaron (Jeff Goldblum). Miriam cuenta a Moisés la verdad sobre su pasado y sobre que tanto ella como Aaron son sus hermanos. Moisés en un primer momento lo niega todo, pero una pesadilla y conversaciones con sus padres adoptivos le ayudan a comprender la verdad. Al día siguiente, Moisés mata accidentalmente a un guardia egipcio que estaba maltratando a un viejo esclavo. Avergonzado, Moisés huye al exilio.
Después de vagar por el desierto, llega a la tierra de Madián, donde salva a las hermanas de Séfora de unos bandidos. El padre de Séfora, Jetró (Danny Glover), el Sumo Sacerdote de Madián, le da la bienvenida. Moisés se convierte en pastor y poco a poco se gana el respeto de Séfora y su amor, culminando en su boda. Un día, Moisés entra en contacto con Dios a través de una zarza ardiente mientras perseguía una oveja. Dios (también interpretado por Val Kilmer) da instrucciones a Moisés para que libere a los esclavos de Egipto y capacita al báculo de pastor de Moisés para hacer grandes maravillas.
Moisés regresa con Séfora y se alegra de reencontrarse con Ramsés, que ya es faraón y tiene una esposa y un hijo. Moisés pide a Ramsés que deje salir a su pueblo, demostrando el poder de su Dios transformándo su báculo en una serpiente. Hotep y Huy jactanciosamente repiten esta transformación, invocando a muchos dioses egipcios en el proceso. Sin embargo, la serpiente de Moisés engulle a las otras dos. En lugar de claudicar, Ramsés ordena duplicar el trabajo de los esclavos.
Más tarde, Moisés se enfrenta de nuevo a Ramés que pasaba en su barco por el Nilo. Éste ordena a sus guardas que le trajeran a Moisés, pero ellos se volvieron cuando transformó el río en sangre. Tras arrojar hasta nueve plagas sobre Egipto, Moisés se enfrenta una última vez al faraón advirtiéndole de que una última plaga más cruel todavía está por llegar. Moisés entonces les dice a los hebreos que marquen con sangre sus puertas en preparación para la Pascua. Después el Ángel de la Muerte pasa por la tierra de Egipto matando a todos los primogénitos, incluyendo al propio hijo del faraón, que lleno de culpa y amargura, deja ir a los hebreos.
A la mañana siguiente, los hebreos felizmente salen de su esclavitud y logran llegar hasta el Mar Rojo, pero descubren que el faraón les está persiguiendo con su ejército. Moisés divide las aguas, mientras que una columna de fuego impide el paso al ejército del faraón. Los hebreos entonces cruzan el mar a pie enjuto, y cuando el ejército egipcio les va a dar alcance, las aguas vuelven a su cauce ahogando a los guerreros egipcios con sus caballos y sus carros. Ramsés salva la vida al ser arrojado contra una piedra por una ola, gritando con rabia. Cuando el pueblo hebreo llega al monte Sinaí, Moisés les entrega los Diez Mandamientos
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